A veces me gusta pasar el rato observándote, viéndote hacer cualquier mínima cosa, y estudiarte al detalle. Como quien descubre un animalillo, a lo suyo, y no quiere hacer ruido, no vaya a ser que se espante.
Me encanta ver cómo te haces un lío con tus sábanas, en tu camita, mientras ensayas de un lado a otro ese volteo que nos trae de cabeza. No dejas de intentarlo. No te gusta nada ponerte boca a bajo, pero ahí vas tú, una y otra vez, buscando un juguete, o la tele, o qué sé yo, ganando un palmo más a cada intento.
Se me pasan los minutos fijándome en tus manitas, pasando y repasando las hojas gordas de uno de tus libros, de ésos que tanto te gusta manosear, con sus formas llamativas y sus colores tan de niños. Qué trabajito nos costó alcanzar la dichosa línea media, y quién lo diría viéndote ahora dándole mordiscos a alguna que otra galleta o unos gusanitos.
Tus grititos, impropios de tu edad, pero que suenan a inocencia recién estrenada. Le charloteas a la niña del espejo, a tus pies, a tus muñecos. Me encanta. No sabes cuánto.
Creo que nunca me cansaré de pedirte un beso. Ahora que lo has aprendido, y aunque a penas suenen con fuerza, lo veo la cosa más tierna del mundo, cuando aprietas tus dos labios y, casi sin querer, se te escapa algo parecido a eso, a un delicado beso.
Y el equilibrio, todavía por dominar. Me parece mentira tenerte frente a mí, sentada con tu espalda erguida y tu cabecita más o menos controlada, entretenida con cualquier juguete que haga ruido y tenga un par de luces. Para comerte, mi niña.
Adoro tus formas, ahora que me he acostumbrado a ellas. A tus pies de llaverito, a tu pelo siempre despeinado, a tus ojillos, torpes y despistados, a tus piernas, siempre jugando, a tus orejillas, a tu boca, a tu todo… Hasta el modo en que te llevas las manos a la boca, cuando te puede la timidez, como tratando de retraerte un poco ante quien no conoces.
Ya sabes que nos vuelven locos tus palmitas, así como las haces, y te gusta repetirlas, sonriendo cuando tú misma ves que te salen mejor. Y con un «cucú» ya nos matas, y nos tienes ganados para toda una tarde. Te me vienes arriba cada vez que haces un pequeño algo y nosotros nos emocionamos casi tanto como al principio.
Tu vida está pasando frente a nosotros a cámara lenta y nos trae un mar de sensaciones confundidas. Sabemos que llevará su tiempo, pero no podemos dejar de fascinarnos con cada gesto nuevo que aprendes. A tu hermana ya la vemos enorme y, casi sin darnos cuenta, ni se parece ya al bebé que dormía en su cuna, y da morriña, mucha morriña.
Contigo es distinto. Sólo mirarte hacer cualquier cosa que hagas, ya es un lujo para la vista. Te miro y te juro que no sé por qué estás pasando por todo esto. No sabría explicarte algo que ni yo estoy seguro de comprender pero, con sólo mirarte, ya me queda claro que no hay mucho en esta vida que no serás capaz de hacer.
Qué no va a conseguir esta niña con el aliento de estos padres? Qué regalo más grande le haceis a Merceditas con cada carta.
Gracias por regalarme este despertar de lunes.
Me gustaMe gusta
Todo un placer, Pilar. Abrazo…
Me gustaMe gusta
Precioso post. Seguro que hará tantas cosas que os sorprendan… no me cabe duda.
Me gustaMe gusta
Gracias!
Me gustaMe gusta
Las emociones a flor de piel. Precioso.
Me gustaMe gusta
Gracias!
Me gustaMe gusta
Pues claro que habra pocas cosas que no llegue a hacer en esta vida. Es una campeona, tanto ella como vosotros!
Me gustaMe gusta
Por supuesto. Ahí está la peque, trabajo, trabajo y trabajo…
Me gustaMe gusta
Me ha encantado!
Que lindas palabras de un padre a su hija.
Me gustaMe gusta
Gracias, Esther. Bs…
Me gustaMe gusta
Como una niña tan chiquitita es capaz de darnos tal lección sobre la vida, superación,alegria…y sobre todo nos ha enseñado a valorar nuestra salud.
Os deseo lo mejor a Merceditas y su familia.Intentaré ayudar todo lo posible.
Me dirijo a vosotros a través de Blanca Dominguez.
Me gustaMe gusta
Seguiremos compartiendo. Tanto ella como sus amigos tienen mucho que contarnos…
Me gustaMe gusta
Simplemente maravilloso.
Me gustaMe gusta
Nos alegra que te haya gustado… Abrazo fuerte.
Me gustaMe gusta
No se quien tiene más suerte, si Merceditas por tener a los padres que tienen o los padres por tener a Merceditas. Se nota muchisimo lo que quereis a la niña. Muchos besos y que sepáis que con este blog estáis ayudando a muchas personas. Un besazo para Merceditas!!
Me gustaMe gusta
Sin duda, la respuesta correcta es la B! No, en serio, todos los padres venimos preparados de serie para algo así, simplemente hay que aprender sobre la marcha hasta que le coges el ritmo a las nuevas circunstancias. Pero, genéticamente, no somos distintos a ningunos otros ni somos más padres que nadie… Bs.
Me gustaMe gusta
Madre mía, te he descubierto hace días a través de una amiga común en Facebook y no puedo dejar de emocionarme con cada frase y con esa niña que es una maravilla. Dios sabe por qué hace las cosas. Vaya suerte tiene este tesoro con vosotros como padres. Enhorabuena, de corazón. Muchos besos y no dejes de escribir así de bonito.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias. Esperamos mantenernos a la altura de tus expectativas. Gran reto…
Me gustaMe gusta
Hola, yo tambien soy un alumno de Blanca y queria desearles lo mejor tanto a vosotros los padres como a Merceditas, sois un gran ejemplo de superación.
Un saludo
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Blas. Abrazo.
Me gustaMe gusta
Leerte es un cúmulo de emociones….
Me gustaMe gusta
Muchas gracias… Ésa es la intención…
Me gustaMe gusta